lunes, 7 de junio de 2010
¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
¿Qué concepciones de aprendizaje nos parecen congruentes con el enfoque por competencias y por qué?
En los últimos años se han venido modificando las formas de enseñar y de obtener algún conocimiento, la misma sociedad y los avances tecnológicos lo han exigido, y aun así ya no basta con tener conocimiento teórico, ahora hay que saber aplicarlo, es decir tener la parte práctica para en un futuro aplicarlo en el ámbito laboral.
Después de analizar las concepciones de Pere Marqués considero que serian fundamentales las siguientes competencias:
APRENDIZAJE POR DESCUBRIMIENTO
Su propio nombre lo dice, va descubriendo, es una experimentación directa sobre la realidad, aplica sus conocimientos y va descubriendo nuevos conocimientos, al aplicarlo comprende el porque de las cosas, crea y descubre su propio conocimiento.
- Experimentación directa sobre la realidad, aplicación práctica de los conocimientos y su transferencia a diversas situaciones.
-Aprendizaje por penetración comprensiva. El alumno experimentando descubre y comprende lo que es relevante, las estructuras.
- Práctica de la inducción: de lo concreto a lo abstracto, de los hechos a las teorías.
-Utilización de estrategias heurísticas, pensamiento divergente.
Currículo en espiral: revisión y ampliación periódica de los conocimientos adquiridos
APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
Al darle un significado al conocimiento el alumno lo hace propio y comprenderá donde aplicarlo y será algo que se le quedara ya que le encuentra lógica a lo aprendido.
-Condiciones para el aprendizaje:
... significabilidad lógica (se puede relacionar con conocimientos previos)
... significabilidad psicológica (adecuación al desarrollo del alumno)
... actitud activa y motivación.
-Relación de los nuevos conocimientos con los saberes previos. La mente es como una red proposicional donde aprender es establecer relaciones semánticas.
-Utilización de organizadores previos que faciliten la activación de los conocimientos previos relacionados con los aprendizajes que se quieren realizar.
-Diferenciación-reconciliación integradora que genera una memorización comprensiva.
-Funcionalidad de los aprendizajes, que tengan interés, se vean útiles
sábado, 8 de mayo de 2010
Entre la Docencia y Mi Profesión
Hola…
Al igual que muchos de mis compañeros no inicie mi carrera pensando en ser docente. Yo soy Arquitecta, me encanta el diseño, dibujo, pintura, etc. Generación 2000 - 2005. Y desde 4° semestre de la carrera ya trabajaba, tanto para empresas privadas como para la UANL. Realice trabajo de Becaria, le ayudaba a los maestros del área de construcción y de estructuras con sus clases, preparaba materiales y explicaba las practicas, revisaba reportes entre otras funciones. Ese fue mi primer roce con la docencia.
La plaza de docente, como a muchos me la heredaron, mama es maestra jubilada, es Lic. En Derecho, y obtuvo esta plaza con esfuerzo. Con este trabajo ayudo a mi papá a la manutención de mis hermanos y mía, tenía mi trabajo en una constructora, pensaba quedarme a radicar en Monterrey. Más sin embargo, llego la hora de la jubilación de mi mamá, ella no quería que la plaza se perdiera, y como madre me dio todos los pro de esta profesión y mas del sistema. En un futuro, cuando tenga mi familia, se que con este trabajo tendré un sustento, estaré fines de semana, vacaciones y días festivos con mis hijos.
Es un trabajo muy noble, al principio me resistía un poco al echo de haber estudiado para una cosa y estar en otra, mas con el paso del tiempo me he dado cuenta que las puedo combinar y que el ser docente es algo muy satisfactorio, ya que estamos poniendo nuestro granito de arena para las futuras generaciones, cada vez que entro al aula, me siento con el compromiso de dar lo mejor de mi y tratar de que los alumnos se lleven lo mejor de la clase, que comprendan todo para que en un futuro no muy lejano apliquen sus conocimientos y sean mejores ciudadanos.
La plaza me la dejo en Loma Alta, Tamaulipas, a 30 minutos de mi ciudad natal, Cd. Mante, Tamaulipas, la cambie a Cd. De Tampico, Tamaulipas con el fin de seguir estudiando para mantenerme actualizada en el área de la construcción y en el área educativa
Hasta ahorita la única insatisfacción que tengo es que debo esperar para ir aumentando horas frente a grupo, hay compañeros que tienen sus clases, mas ni se presentan, y a mi me gustaría tener mas horas frente a grupo, ya que me da mucho gusto el saber que estamos formando a los futuros doctores, licenciados, veterinarios, arquitectos, ingenieros, psicólogos, entre otras muchas profesiones y probablemente algún día nos los volvamos a topar ya como profesionistas.
Buenas noches y les agradezco alguna opinión.
Mi Confrontación con la Docencia
jueves, 6 de mayo de 2010
Mi Aventura De Ser Maestro
La aventura de ser maestro
Universidad de Málaga
_____________________________________________________________________________
Ponencia presentada en las XXXI Jornadas de Centros Educativos
Universidad de Navarra. 4 de febrero de 2003
Tras veinticinco años de recorrido profesional, el autor afirma que se aprende a ser profesor por ensayo y por error. En el camino deben sortearse distintas dificultades, como elaborar tu propia identidad profesional, dominar las técnicas básicas para ser un buen interlocutor, resolver el problema de la disciplina y adaptar los contenidos al nivel de conocimiento del alumnado.[P1]
__________________________________________________________________________
La enseñanza es una profesión ambivalente. En ella te puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos.
Como casi todo el mundo, yo me inicié en la enseñanza con altas dosis de ansiedad; quizás porque, como he escrito en otra parte, nadie nos enseña a ser profesores y tenemos que aprenderlo nosotros mismos por ensayo y error. Aún me acuerdo de mi primer día de clase: toda mi seguridad superficial se fue abajo al oír una voz femenina a mi espalda: “¡Qué cara de crío. A éste nos lo comemos!”. [P2] Aún me acuerdo de mi miedo a que se me acabara la materia que había preparado para cada clase, a que un alumno me hiciera preguntas comprometidas, a perder un folio de mis apuntes y no poder seguir
Luego, con el paso del tiempo, corrigiendo errores y apuntalando lo positivo, pude abandonar las apariencias y me gané la libertad de ser profesor: la libertad de estar en clase con seguridad en mí mismo, con un buen conocimiento de lo que se puede y lo que no se puede hacer en una clase; la libertad de decir lo que pienso, de ensayar nuevas técnicas para explicar un tema, de cambiar formas y modificar contenidos. Y con la libertad llegó la alegría: la alegría de sentirme útil a los demás, la alegría de una alta valoración de mi trabajo, la alegría por haber escapado a la rutina convirtiendo cada clase en una aventura y en un reto intelectual.
Pensar y sentir
El camino y la meta me los marcó Unamuno en una necrológica de Giner de los Ríos, leída por azar en el Boletín de
”Era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir”... Miguel de Unamuno y su preocupación por enlazar pensamiento y sentimiento... Nunca encontré una mejor definición del magisterio: dedicar la propia vida a pensar y sentir, y a hacer pensar y sentir[P3] ; ambas cosas juntas. Muchos colegas coinciden en este punto. Mª Carmen Díez, desde la escuela primaria, expresa así su visión actual de la enseñanza: “ahora entiendo la escuela como un sitio adonde vamos a aprender, donde compartimos el tiempo, el espacio y el afecto con los demás; donde siempre habrá alguien para sorprenderte, para emocionarte, para decirte al oído algún secreto magnífico”. Fernando Corbalán, un profesor de secundaria, tras hablarnos de que en clase tenemos que divertirnos, buscar el ansia de saber y propiciar una atmósfera de investigación, concluye: “Y no se piense que sólo se abre la mente a los alumnos. También la del profesor se expande y se llena de nuevos matices y perspectivas más amplias, y funciona la relación enriquecedora en los dos sentidos.[P4] Mi experiencia, al menos, me dice que algunos de los juegos y problemas con los que he disfrutado, y que sigo utilizando, han tenido su origen en la dinámica de
Hace tiempo, descubrí que el objetivo es ser maestro de humanidad. Lo único que de verdad importa es ayudarles a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. Para ello, no hay otro camino que rescatar, en cada una de nuestras lecciones, el valor humano del conocimiento. Todas las ciencias tienen en su origen a un hombre o una mujer preocupados por desentrañar la estructura de la realidad. [P5] Alguien, alguna vez, elaboró los conocimientos del tema que explicas, como respuesta a una preocupación vital. Alguien, sumido en la duda, inquieto por una nueva pregunta, elaboró los conocimientos del tema que mañana te toca explicar. Y ahora, para hacer que tus alumnos aprendan la respuesta, no tienes otro camino más que rescatar la pregunta original. No tiene sentido dar respuestas a quienes no se han planteado la pregunta[P6] ; por eso, la tarea básica del docente es recuperar las preguntas, las inquietudes, el proceso de búsqueda de los hombres y mujeres que elaboraron los conocimientos que ahora figuran en nuestros libros. La primera tarea es crear inquietud, descubrir el valor de lo que vamos a aprender, recrear el estado de curiosidad en el que se elaboraron las respuestas. Para ello hay que abandonar las profesiones de fe en las respuestas ordenadas de los libros, hay que volver las miradas de nuestros alumnos hacia el mundo que nos rodea y rescatar las preguntas iniciales obligándoles a pensar[P7] .
Cada día, antes de explicar un tema, necesito preguntarme qué sentido tiene el que yo me ponga ante un grupo de alumnos para hablar de esos contenidos, qué les voy a aportar, qué espero conseguir. Y luego, cómo enganchar lo que ellos saben, lo que han vivido, lo que les puede preocupar, con los nuevos contenidos que voy a introducir[P8] . Por último me lanzo un reto: me tengo que divertir explicándolo, y esto es imposible si cada año repito la explicación del tema como una salmodia, con la misma gracia en el mismo sitio y los mismos ejemplos; llevo treinta años oyéndome explicar los temas, en algunas ocasiones, repitiéndolos dos o tres veces en distintos grupos; he calculado que me jubilo el año 2.021 y estoy seguro de que moriré de aburrimiento si me oigo año tras año repitiendo lo mismo, con mis papeles cada vez más amarillos y los rebordes carcomidos. La renovación pedagógica, para mí, es una forma de egoísmo: con independencia del deseo de mejorar el aprendizaje de mis alumnos, la necesito como una forma de encontrarme vivo en la enseñanza, como un desafío personal para investigar nuevas formas de comunicación, nuevos caminos para hacer pensar a mis alumnos... “pensaba hablando, pensaba viviendo, que era su vida pensar y sentir y hacer pensar y sentir...” Desde esta perspectiva, la enseñanza recupera cada día el sentido de una aventura que te rescata del tedio y del aburrimiento, y entonces encuentras la libertad de expresar en clase algo que te es muy querido. Inmediatamente recibes la respuesta: cien alumnos pican el anzuelo de tu palabra y ya puedes dejar correr el sedal, modulas el ritmo de tu explicación a la frecuencia que ellos emiten con sus gestos y sus preguntas, y la hora se pasa en un suspiro -también para ellos-. Y entonces descubres la alegría: ese momento de magia te recompensa las horas de estudio y te hace sentirte útil en la enseñanza.
No hay mejor regalo de los dioses que encontrar un maestro. A veces tenemos la fortuna de encontrar a alguien cuya palabra nos abre horizontes antes insospechados, nos enfrenta con nosotros mismos rompiendo las barreras de nuestras limitaciones; su discurso rescata pensamientos presentidos que no nos atrevíamos a formular, e inquietudes latentes que estallan con una nueva luz. Y, curiosamente, no nos sentimos humillados por seguir el curso de un pensamiento ajeno; por el contrario, su discurso nos libera y nos ensancha creando en nosotros un juicio paralelo con el que reestructuramos nuestra forma de ver la realidad; y luego, extinguida la palabra, aún encontramos los ecos que rebotan en nuestro interior obligándonos a ir más allá, a pensar por nuestra cuenta, a extraer nuevas conclusiones que no estaban en el discurso original... Este es el objetivo: ser maestros de humanidad... a través de las materias que enseñamos, o quizás, a pesar de las materias que enseñamos; recuperar y transmitir el sentido de la sabiduría; rescatar para nuestros alumnos, de entre la maraña de la ciencia y la cultura, el sentido de lo fundamental permitiéndoles entenderse a sí mismos y explicar el mundo que les rodea[P9] .
Las dificultades
He hablado de mis precarios inicios en la enseñanza, y de mi visión actual tras treinta años de recorrido profesional; pero, para ayudar a otros a recorrer el mismo camino, tengo ahora que hablar del proceso intermedio, e, inevitablemente, de las dificultades a sortear.
Identidad profesional
El primer problema consiste en elaborar tu propia identidad profesional. Esto implica cambiar tu mentalidad[P10] , desde la posición del alumno que siempre has sido, hasta descubrir en qué consiste ser profesor. Y aquí aparecen los primeros problemas, porque hay enseñantes que no aceptan el trabajo de ser profesor. Las dificultades suelen ser distintas entre los profesores de primaria respecto a los de secundaria.
Entre los de primaria el peor problema es la idealización: la formación inicial [P11] que han recibido suele repetir con insistencia lo que el buen profesor “debe hacer”, lo que “debe pensar” y lo que “debe evitar”; pero nadie les ha explicado, en términos prácticos, cómo actuar, cómo enfocar los problemas de forma positiva y cómo eludir las dificultades más comunes. Han aprendido contenidos de enseñanza, pero no saben cómo organizar una clase, ni cómo ganarse el derecho a hacerse oír[P12] . Así, se les ha repetido hasta la saciedad la importancia de la motivación para el aprendizaje significativo: “el buen profesor debe motivar a sus alumnos”; pero nadie se ha preocupado de que aprendieran de forma práctica diez técnicas específicas de motivación. Pese a que una de las principales tareas a desarrollar en su trabajo será la enseñanza de la lectura y la escritura, muy pocas diplomaturas de maestro incluyen un curso de lectoescritura, mientras que es frecuente que se dediquen cursos enteros al aprendizaje de la fonética.
Por estos caminos, al llegar al trabajo práctico en la enseñanza, el profesor novato se encuentra con que tiene claro el modelo de profesor ideal, pero no sabe cómo hacerlo realidad. Tiene claro lo que debería hacer en clase, pero no sabe cómo hacerlo. “El choque con la realidad” [P13] dura dos o tres años; en ellos el profesor novato tiene que solucionar los problemas prácticos que implica entrar en una clase, cerrar la puerta y quedarse a solas con un grupo de alumnos.
En este aprendizaje por ensayo y error, uno de los peores caminos es el de querer responder al retrato robot del “profesor ideal”; quienes lo intentan descubren la ansiedad de comparar, cada día, las limitaciones de una persona de carne y hueso con el fantasma etéreo de un estereotipo ideal. Desde esta perspectiva, si las cosas salen mal es por que yo no valgo, por que yo no soy capaz de dominar la clase; y, de esta forma, los profesores novatos se ponen a sí mismos en cuestión, y, a veces, cortan los canales de comunicación con los compañeros que podrían ayudarles: ¿cómo reconocer ante otros que yo tengo problemas en la enseñanza, si el “buen profesor” no “debe” tener problemas en clase? [P14] Como señala el artículo de Fernández Cruz, la identidad profesional se alcanza tras consolidar un repertorio pedagógico y tras un periodo de especialización, en el que el profesor novato tiene que volver a estudiar temas y estrategias de clase, ahora desde el punto de vista del profesor práctico y no del estudiante de magisterio.
Entre los profesores de secundaria, el problema de la identidad profesional es mucho más grave. Como señala Fernando Corbalán: “la inmensa mayoría de los profesores de secundaria nunca tuvimos una vocación clara de enseñantes... Estudiamos una carrera para otra cosa (matemático profesional, químico, físico,...[P15] )”. En efecto, nuestros profesores de secundaria se forman en unas Facultades universitarias de Ciencias y Letras que, ni por asomo, pretenden formar profesores. En ellas predomina el modelo del investigador especialista. Como resultado de este modelo, el profesor que llega al Instituto para explicar Geografía e Historia, y, con un poco de mala suerte un curso suelto de Ética, se identifica a sí mismo como “medievalista”, ya que, durante los últimos cinco años de su vida, la Universidad le ha insistido en la necesidad de estudiar Paleografía, Epigrafía y Numismática, Latín y Árabe para acceder a los documentos medievales, y se le ha iniciado en el trabajo de Archivo, centrándole en una época histórica muy determinada y permitiéndole olvidar el resto de
Para colmo, nuestro futuro profesor de secundaria se da cuenta de que no sabe cómo organizar una clase, cómo lograr un mínimo orden que permita el trabajo y cómo ganarse la atención de los alumnos. Aquí, el problema de perfilar una identidad profesional estable pasa por un auténtico proceso de reconversión, en el que el elemento central consiste en comprender que la esencia del trabajo del profesor es estar al servicio del aprendizaje de los alumnos. ¡Qué duro resulta comprender esto a la mayor parte de nuestros profesores de secundaria y de Universidad! Ellos son investigadores, especialistas, químicos inorgánicos o físicos nucleares, medievalistas o arqueólogos, ¿por qué van ellos a rebajar sus niveles de conocimientos a la mentalidad de treinta adolescentes bárbaros? ¡Hay que mantener el nivel! [P17] -gritan exaltados-, y ello significa, en la práctica, que dan clase para dos o tres privilegiados, mientras el resto de los alumnos van quedando descolgados. Y además, hasta el fin de sus días, vivirán la enseñanza rumiando la afrenta de que la sociedad les obligue a abandonar el Olimpo de su investigación para mantener contacto un grupo de adolescentes.
Por contra, algunos profesores consiguen estar a gusto en su trabajo, y descubren que esto pasa, necesariamente, por una actitud de servicio hacia los alumnos[P18] , por el reconocimiento de la ignorancia como el estado inicial previsible, por aceptar que la primera tarea es encender el deseo de saber, por aceptar que el trabajo consiste en reconvertir lo que sabes para hacerlo accesible a un grupo de adolescentes... Un viejo maestro me decía que, enseñar al que no sabe está catalogado, oficialmente, entre las obras de misericordia[P19] ; y, en efecto, hace falta un cierto sentido de la humildad para aceptar que tu trabajo consiste en estar a su servicio, en responder a sus preguntas sin humillarlos, en esperar algunas horas en tu despacho por si alguno quiere una explicación extra, en buscar materiales que les hagan asequible lo esencial, y en recuperar lagunas de años anteriores para permitirles acceder a los nuevos conocimientos. Lo único verdaderamente importante son los alumnos... Esa enorme empresa que es la enseñanza no tiene como fin nuestro lucimiento personal[P20] , nosotros estamos allí para transmitir la ciencia y la cultura a las nuevas generaciones, para transmitir los valores y las certezas que la humanidad ha ido recopilando con el paso del tiempo, y advertir a las nuevas generaciones del alcance de nuestros grandes fracasos colectivos. Esa es la tarea con la que hemos de llegar a identificarnos.
Comunicación e interacción
El segundo problema a solucionar para ganarse la libertad de estar a gusto en clase hace referencia a nuestro papel de interlocutor. Un profesor es un comunicador, es un intermediario entre la ciencia y los alumnos[P21] , que necesita dominar las técnicas básicas de
Una buena parte de las ansiedades y los problemas de los profesores debutantes se centran en este ámbito formal de lo que se puede y lo que no se puede decir o hacer en una clase[P22] . El profesor novato descubre enseguida que, además de los contenidos de enseñanza, necesita encontrar unas formas adecuadas de expresión, en las que los silencios son tan importantes como las palabras, en las que el uso de una expresión castiza puede ser simpático o hundirnos en el más espantoso de los ridículos. El problema no consiste sólo en presentar correctamente nuestros contenidos, sino también en saber escuchar, en saber preguntar y en distinguir claramente el momento en que debemos abandonar
Los profesores experimentados saben qué lugar físico deben ocupar en una clase, dependiendo de lo que ocurra en ella; saben interpretar las señales gestuales que emiten los alumnos para regular nuestro ritmo de clase, y el dominio de éstas y otras habilidades de comunicación requiere entrenamiento, reflexión y una constante actitud de autocrítica para depurar nuestro propio estilo docente. Al final, conseguimos ser dueños de nuestra forma de estar en clase, conseguimos comunicar lo que exactamente queremos decir, y logramos mantener una corriente de empatía con nuestros alumnos[P23] .
Disciplina
Otro obstáculo serio a superar, quizás el que genera en los novatos la mayor ansiedad, es el problema de
El viejo supuesto, según el cual, “para enseñar una asignatura lo único realmente importante es dominar su contenido” encuentra en este campo su negación más radical. Entonces, el profesor descubre que debe atender otras tareas distintas a las de enseñar: tiene que definir funciones, delimitar responsabilidades, discutir y negociar los sistemas de trabajo y de evaluación[P25] hasta conseguir que el grupo trabaje como tal. Y esto requiere una atención especial, a la que también hay que dedicar un cierto tiempo. El razonamiento y el diálogo son las mejores armas, junto con el convencimiento de que los alumnos no son enemigos de quienes tienes que defenderte. Mi experiencia me dice que los alumnos son seres esencialmente razonables; es posible que, si te dejas, intenten llevarte al huerto y bajar algo tus niveles de exigencia, pero si la razón te asiste y en ella fundas tu propia seguridad, los alumnos saben descubrir muy bien cuáles son los límites.
Contenidos y niveles
Por último, nos queda el problema de adaptar los contenidos de enseñanza al nivel de conocimientos de los alumnos. El profesor novato tiene que entender que ha dejado la Universidad, tiene que desprenderse de los estilos académicos del investigador especialista, y adecuar su enfoque de los conocimientos para hacerlos asequibles a su grupo de clase. Yo también protesto por el bajo nivel con el que me llegan mis alumnos, pero protestar no sirve de nada, tienes los alumnos que tienes, y con ellos no hay más que una alternativa[P26] : o los enganchas en el deseo de saber, o los vas dejando tirados conforme avanzas en tus explicaciones. Hay quien, en salvaguarda del nivel de enseñanza, adopta la segunda opción; pero a mí siempre me ha parecido el reconocimiento implícito de un fracaso; quizás porque, como dije antes, hace tiempo que descubrí que en cualquier asignatura, lo único importante es ser maestro de humanidad.
El orgullo de ser profesor
Y ahora, ya, el tiempo corre en mi contra. No espero nada nuevo del futuro: he hecho lo que quería hacer, y estoy donde quería estar. Es posible que mucha gente piense que ser profesor no es algo socialmente relevante[P27] , pues nuestra sociedad sólo valora el poder y el dinero; pero a mí me queda el desafío del saber y la pasión por comunicarlo. Me siento heredero de treinta siglos de cultura, y responsable de que mis alumnos asimilen nuestros mejores logros y extraigan consecuencias de nuestros peores fracasos. Y, junto a mí, veo a un nutrido grupo de colegas, en las zonas rurales más apartadas y en los barrios más conflictivos, orgullosos de ser profesores, trabajando día a día por mantener en nuestra sociedad los valores de la cultura y el progreso... entre ellos hay valiosos maestros de humanidad: hombres y mujeres empeñados en enseñar a sus alumnos a enfrentarse consigo mismos desde el preescolar hasta la Universidad.
_____________________________________________________________________________
MIGUEL DE UNAMUNO (1864-1936)
Escritor, filósofo, humanista. Rector de la Universidad de Salamanca. Autor de una extensa obra literaria en la que destacan sus ensayos, en los que analiza la realidad social con una visión crítica y con una fuerte implicación personal. Se le considera uno de los mejores representantes de la Generación del 98. Su enfrentamiento a la dictadura de Primo de Rivera le llevó al destierro.
FRANCISCO GINER DE LOS RIOS (1839-1915)
Catedrático de derecho de la Universidad de Madrid. En 1876 renuncia a su puesto en defensa de la libertad de cátedra y funda
[P1]Conforme se va pasando el tiempo vas creando tus propias técnicas de enseñanza, de echo los mismos alumnos saben tus técnicas al finalizar el semestre y ellos mismos sabrán en un futuro los requisitos de tus clases.
[P2]Cuando recién entre al sistema, recuerdo que un maestro estaba en jubilación y no tenían quien cubriera sus clases así que pues me pusieron a mi a impartirla, sin darme algún programa en el cual basarme y pues si fue algo frustrante no saber el contenido de los temas y para el siguiente semestre escuche un comentario de una alumna, que dijo que yo no sabia nada y pues si me hizo sentir mal ya que la materia que me dieron no era mi fuerte y era mi primer grupo y no sabia el contenido de los temas.
[P3]Estoy segura que si se hiciera razonar a los alumnos y no solo a los alumnos si todos razonáramos y viviéramos el día al día se lograría mucho.
[P4]Siempre se esta aprendiendo algo nuevo y al trato con los alumnos nos contagian de energía y siempre obtienes nuevas perspectivas de las cosas.
[P5]Creo que proviene del porque de las cosas, de ahí las investigaciones para llegar al punto de partida de todas las cosas y no quedarse con el “esto es esto” si no “esto es por esto”
[P6]Para que un alumno tenga la iniciativa de investigar habrá que ponerlos a razonar y hacerles preguntas que los inquieten, para que esa inquietud los lleve a la investigación y de esa manera se les quedara la información que si uno le da las respuestas a algo que ni siquiera les inquieta.
[P7]Tanto a pensar como a razonar, que se hagan conciencia de las cosas.
[P8]Para que la nueva información se les quede creo que deben ponérsele ejemplos vivenciales para que le sumen importancia.
[P9]Siempre es importante crear conciencia
[P10]Los que no estudiamos para maestros traemos una escuela, la de nuestros profesores, y recordamos algún profesor que siempre nos gustaron sus clases y tratamos de aplicarlas, bueno ese es mi caso, más sin embargo los métodos con los que nos enseñaron posiblemente ya están obsoletos, por eso es importante mantenerse actualizados, esto mantiene una mente joven.
[P11]Los que no estudiamos para maestros no tenemos todas esas teorías que les dicen a los que si estudiaron, a nosotros nos prepararon para un ambiente laboral muy diferente, trato con clientes y no va tanto el sentimentalismo con en este caso, trabajar bajo presión para entregar algún proyecto a tiempo, el trato con proveedores, entre otros tantos.
[P12]Puedes tener toda la teoría, pero cuando lo llevas a la practica y así es en todos lados.. es muy diferente, las personas y/o alumnos no siempre reaccionan de la manera esperada.
[P13]El ejemplo que mencione con anterioridad, tener un maestro de ejemplo a seguir, siempre podrás tener tu modelo, pero es algo difícil el llevar a cabo la labor con igual inteligencia o practica.
[P14]Al igual que a los niños, nos gana el pánico y nos dejamos llevar sin ver que nos estamos cerrando a las soluciones.
[P15]Muchos nos formamos en otros lugares de estudio que no pretenden la docencia, mas sin embargo, el buen maestro se va formando con el paso del tiempo, puedes tener toda la teoría, mas si no sabes aplicarla no servirá de nada.
[P16]Muchos maestros hacen la “novateada” ponen a los nuevos en materias que 1. O que nadie quiere o 2. Que no tienen nada que ver con su perfil para poner a titubear a los nuevos profesores.
[P17]Hay que dar explicaciones a nivel que comprendan, pero para tratar de subir su nivel no tanto al del profesor, pero si para que razonen mas.
[P18]Creo que es por lo que estamos dentro.
[P19]Anteriormente esos eran los maestros, los que enseñaban por experiencias por su sabiduría obtenida a través de los años.
[P20]Muchos se van mas por el beneficio económico que por lo que en realidad era anteriormente la enseñanza, transmitir conocimientos a futuras generaciones.
[P21]Trata de entablar conexión entre el conocimiento y los alumnos
[P22]Crear una línea de respeto alumno-maestro mas no una barrera la cual no permita la comunicación y la retroalimentación.
[P23]Como dicen la practica hace al maestro, y la comunicación y el desempeño en clase se va puliendo con el paso de los años.
[P24]Por el mismo nervio de ser novato no sabemos como actuar los primeros días, con el miedo que el alumno controle la clase.
[P25]Al establecer los criterios de evaluación ellos sabrán donde aplicarse para obtener buena calificación.
[P26]Ya que te han asignado un grupo tienes la responsabilidad de guiarlos, sembrarles la inquietud por el saber.
[P27]Para mi es una de las profesiones mas nobles. Donde aprendes más no por los conocimientos de impartes, si no el convivir con los alumnos te llena de nuevos aires.